viernes, 28 de diciembre de 2012

EL DOCTOR Y LA MULA

A Juan, recién licenciado en medicina, le toca hacer las prácticas en un pueblo aislado que se encuentra entre montañas. Cuando se instala allí se da cuenta que en el pueblo sólo hay hombres. Pasan los días, las semanas, los meses y Juan ya no se puede aguantar las ganas de estar con una mujer, pero claro, allí no hay ninguna y le da vergüenza comentarlo con los del pueblo.

Un día le echa valor y se pasa por el bar. Allí se acerca al alcalde y le dice:

-Sr. Alcalde, una pregunta. ¿Aquí cuando tienen ganas de…? Ya sabe ¿Cómo lo hacen?

El Alcalde le responde:

-Hombre, por fin, ya pensábamos que era de la acera de enfrente. Pues mire, esta tarde, sobre las cinco espérenos a la salida del pueblo, en la falda de la montaña

Y eso hace Juan, a las cinco se acerca allí y están todos los hombres del pueblo en fila detrás de una mula. Cuando el alcalde le ve, le llama:

-Doctor, venga, que como es su primera vez, no tiene que esperar la cola.

Juan se acerca donde está la mula y ve como todos los del pueblo le miran y le animan a seguir. El alcalde le dice:

-Venga Doctor, cuando quiera.

Juan no imaginaba que esa fuera la forma de “aliviarse” que tenían en el pueblo, pero claro, no quiere que le consideren un mojigato y se lanza. Se baja los pantalones y se pone al tema con la mula. Cuando pasa un rato, se le acerca el alcalde y le dice:

-Doctor, ¿le queda mucho?, Verá, es que la gente se está impacientando y quiere que acabe. Necesitan la mula para atravesar la montaña e ir al pueblo de al lado que es donde está el Puticlub.

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