jueves, 11 de julio de 2013

EFEMÉRIDE DEL DÍA (11/07/2013)...MI SILLÓN HIZO CRACK

Hoy hace tres años que se me rompió el sofá del salón. Y diréis, "coño, si que debería ser bueno para que te acuerdes". Pues no, no era el mejor sillón de la historia, pero era mi sillón y sobre todo, me acuerdo de él por lo siguiente.

Situaros, estamos a 11 de Julio de 2010. España juega su primera final de Mundial de fútbol de su historia. En plan locura decidimos verla en casa con algunos miembros de la familia. Por mi parte, viene mi hermano, con su mujer (embarazada) y su hijo pequeño (mi sobrino, un niño al que con cualquier ruido, voz o grito más alto de lo normal, y para él, lo normal debe ser el susurro, se pone a llorar). Y por parte de mi Santa vinieron sus padres (mi suegro, un señor demasiado obsesionado con el fútbol, muy madridista, creo que demasiado madridista. Y que, cuando está viendo un partido de fútbol, cualquiera, aunque sea un amistoso, no soporta que nadie pase por delante de la tele, así que imaginad una final de mundial jugándola España).

La mezcla era explosiva, porque claro, nuestro salón no es el más grande, ni siquiera es grande, así que intentamos acondicionarlo para que estuviéramos cómodos, para que los niños no molestasen al pasar y que si España marcaba, en el fragor del grito, nadie "atropellara" a un niño.

Y lo estábamos consiguiendo, hasta que pasaban los minutos y el partido seguía cero a cero. Mi suegro estaba cada vez más nervioso viendo que llegaba la prórroga y de repente, mi sobrino se quedó delante de la tele, fue como mucho dos segundos, pero a mi suegro le debieron parecer eternos, así que le metió un bufido tal que mi sobrino empezó a llorar tanto que desde ese día, cada vez que echan un partido de España por la tele, se esconde debajo de la cama (y eso es difícil, porque debajo de su cama tiene un canapé).

Y claro, con ese nerviosismo que se gasta mi suegro en cualquier partido importante, unido a que estábamos en la final de un mundial y que no conseguíamos marcar, hizo que, en una ocasión clara de gol, se levantara para gritar "HUY" y al sentarse el sillón hiciera "crack" (Tengo que decir que llevaba varios minutos observando como si se estuviera venciendo el sillón hacia adelante, pero pensaba que era un espejismo provocado por el calor de aquella tarde de julio y por los nervios del partido).

Mi Santa dijo "papá, que te has cargado el sillón". Mi suegro sin mediar palabra y sin apartar la vista de la tele, se levantó y se sentó en una silla todavía más cerca de la tele (supongo que esperando poder rematar algún córner). Mi Santa no daba crédito (o sí, porque conociendo a su padre, aquello era lo más normal), mi suegra que es todo lo contrario respecto al fútbol que su marido intentó arreglar el desaguisado (no tenía solución aquello, lo arreglamos en plan Macgyver, calzando el sillón con unas guías telefónicas).

Y así estuvimos (mi suegra y mi Santa sentadas en el sillón sin moverse mucho, mi suegro en la silla "remata córners" al lado de la tele, mi hermano y yo de pie porque no aguantábamos más sentados, mi cuñada embarazada intentando consolar a mi sobrino y mis peques entrando y saliendo porque no eran conscientes del momento histórico que nos esperaba) hasta que llegó el minuto 116 de la prórroga en la que INIESTA DE MI VIDA hizo esto:





Ese día es el típico día en el que todo el mundo puede recordar como lo vivió, como lo sintió, con quien estaba, etc. Y yo siempre recordaré, que un poco antes de que Iniesta nos hiciera campeones del mundo, mi sillón hizo crack.


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