Llega a la estación de Atocha un señor de pueblo, más bruto que Paco Martínez Soria en “La ciudad no es para mí”. Se sube a un taxi, un mercedes para más señas, y le pregunta al taxista por el símbolo que llevan los mercedes en el capó.
El taxista, viendo el percal del señor decide gastarle una broma.
- Pues verá, buen hombre. El Ayuntamiento nos ha contratado para que cuando veamos a algún peatón que cruza la calle por donde no debe, le atropellemos. Y eso que ve sobre el capó, es el punto de mira para que no se escape.
- Vaya, aquí en la ciudad no se cortan.
-Pues no. Mire, allí va uno. Vamos a por él.
A lo que el taxista acelera acercándose velozmente a por el pobre peatón. El señor de pueblo se agarra fuerte al asiento entre asustado y curioso. El taxista le dice,
- Mire, mire por el punto de mira…
Y justo cuando le van a atropellar, el taxista da un volantazo para esquivar al peatón. Pero se oye un fuerte golpe. El taxista le pregunta al señor de pueblo,
- ¿Que ruido ha sido ese?
A lo que el señor responde,
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